pues claro, ¡cómo se nota que llega la navidad! Los seres queridos vuelven para reunirnse y cantar eufóricamente, recordamos a los que permanecen olvidados el resto del año, todo el mundo da y recibe amor y paz de forma infinita, se ven papa-noeles de fieltro comercializados por la multinacional de los "todo a 1€" trepando por las ventanas, los niños se hinchan de turrón y polvorones hasta reventarse las venas por exceso de glucosa, apuramos para hacer la mejor inversión de dinero del año: la luz 24h. para el arbolito, además de la sincronía multicolor que resplandece en el exterior de las casas, para mostrar a todos lo felices que somos con tanta luzz y colorr, y que me decís del papel de regalo, ese que todos despedazan orgásmicamente con el fin de abrir lo más antes posible su patético regalito, sisi y las mama-árboles preguntando: ¡Mis hijos! ¿Dónde están?.. Se los llevaron, ahora forman parte de un regalo de navidad.
Porque sOmos tAn felíces, tenemos tAnto que agraceder al señor que nos lo ha proporcionado todo..
Porque en relidad, hay un secreto muy curioso que me dispongo a revelar; no se han percatado ustedes del intenso parecido entre el Señor y ese hombrecillo que cada navidad nos trae un regalito envuelto en piel de difuntos árboles triturados ingeniosamente coloreado con bellos colores.. Piense en él, en el rechoncho y bonachón Papá Noel, con su barba blanca y sus mejillas sonrosadas, quítenle su atuendo rojo y blanco y colónquenle una túnica blanca y sandalias de esparto, a continuación cambien el gorrito por una aureola dorada y ¡ta-chán!
(reverencia) ¿Quien es, eh?
Pues Dios, quien va a ser, y aunque ustedes mis queridos drugos lo piensen, no, no es mera coincidencia.
Saquen sus propias conclusiones.
Y, sí seguimos estando en Noviembre no se confundan, tan solo me adapto a mi entorno, donde sólo hay empalagosos anuncios de bombones y chocolate con mucho amorr, todo tipo de jueguetes y por supuesto lo mejor de los supermercados con su guinda navideña.
Jingle bells! Jingle bells! (nevando de fondo)
